Recursos naturales y espiritualidad
Como todos los seres humanos, tú tienes una cosmovisión, una forma general de percibir el mundo que te rodea y dónde encajas en éste. Muchas cosas influyen en las ideas que tienes sobre el mundo, y dónde encajas en éste. Algunas de estas influencias vienen de los conocimientos que has adquirido en tu familia, otras vienen de las perspectivas que has adoptado de la cultura donde vives y también de tus propias experiencias personales.
Aunque no eres consciente, tu cosmovisión determina como te acercas a tu vida día a día. De hecho, sin ella, serías incapaz de terminar el día. Desde que te despiertas por la mañana hasta que te vas a la cama por la noche, cada experiencia sería extraña y desconocida para ti. Tu cosmovisión no solo te da ‘normas que regulan las vidas cotidianas’, sino también te proporciona el sentido general, el significado y propósito en tu vida.
Normalmente, una persona se hace más consciente de su cosmovisión cuando le sucede algo extraño o sorprendente –cuando un evento o experiencia perturba las rutinas diarias. Los cambios en las rutinas de la vida pueden suceder de muchas maneras: podrías graduarte del colegio y salir de tu casa; podrías mudarte a un país que tiene un idioma o cultura completamente diferente; podrías estar gravemente enfermo o una persona cercana a ti podría morir; podrías ser traicionado por un amigo; podrías enamorarte; podrías fallar en algo muy importante; podrías lograr algo en lo que has trabajado por mucho tiempo. Eventos como estos, poderosamente emocionales en una vida suelen ser la causa de que las personas se hagan preguntas fundamentales acerca de sí mismos y del mundo que les rodea, preguntas tales como:
- ¿Qué estoy haciendo con mi vida?
- ¿Cuáles son mis objetivos?
- ¿Cómo puedo saber la diferencia entre el bien y el mal?
- ¿Los seres humanos son básicamente buenos o malos?
- ¿Por qué le suceden cosas malas a la gente?
- ¿Hay un propósito para mi vida en la Tierra?
- ¿Hay algo más allá de la Tierra y del universo en el que vivo?
- ¿Existe un dios, dioses o poderes espirituales?
Al considerar preguntas como éstas, nos hacemos más conscientes de las suposiciones que tenemos sobre la vida. Esto nos da una oportunidad para reflexionar sobre nuestra visión del mundo, cuestionarla y decidir cambiarla o afirmarla conscientemente.
Las visiones del mundo están estrechamente relacionadas con la primera condición que Sanando la Tierra describe: la espiritualidad, es decir, las convicciones fundamentales que expresan tu “espíritu interior”. Al explorar tu cosmovisión te pones en contacto estrecho con las creencias profundas que constituyen tu espiritualidad. Es importante conocer estas creencias cuando estudiamos las ciencias ambientales, porque influyen en nuestra visión sobre el mundo natural: el significado que realmente asignas a la Tierra en nuestra vida diaria y el grado de atención que damos a la Tierra.
Como recordamos, en la Introducción de Sanando la Tierra, la espiritualidad también toca otras dos formas sobre cómo los seres humanos piensan el mundo natural. Un segundo modo de aproximación de la espiritualidad es en términos del sentido de lo “sagrado” que algunas personas y grupos humanos perciben en la naturaleza. Explorar lo que significa experimentar la naturaleza como sagrada es un aspecto importante de la relación entre la espiritualidad y el mundo natural.
Puedes, si deseas, regresar a la Introducción de Sanando la Tierra y revisar la aproximación a la espiritualidad.
Una tercera vía como Sanando la Tierra aborda la espiritualidad es en relación a las creencias espirituales y los rituales de las religiones del mundo. Aunque no todo el mundo pertenece a una religión, la mayoría de las personas sí. En 2018, el periódico inglés, The Guardian, informó como el 84% de la población mundial se identifica con grupos religiosos. Se estima que 85% de las personas en el mundo se identifican como miembros de una religión. Con este dato nos damos cuenta de la influencia y de lo importante de conocer cómo las religiones del mundo consideran el mundo natural.
Estos, entonces, son los tres focos de la espiritualidad de Sanando la Tierra: el significado que damos a la naturaleza dentro de nuestra cosmovisión o espíritu interior; la experiencia de la naturaleza como sagrada y la manera en que las religiones del mundo tratan a la naturaleza en las creencias y los rituales. Con estas tres perspectivas de espiritualidad, volvemos a las preguntas planteadas en el estudio de caso en el inicio del capítulo:
- ¿Sientes una relación entre tu propia espiritualidad y los recursos naturales de la Tierra?
- ¿A qué se refieren las personas cuando dicen que experimentan los recursos naturales como “sagrados”?
- ¿Qué valor le dan las diferentes religiones del mundo a los recursos naturales de la Tierra?
Si quieres conocer las estadísticas en América Latina sobre la afiliación de las personas y otra información sobre las religiones del mundo, consulta el informe de Pew Research Center.
Recursos naturales y cosmovisión del mundo
Las personas asume cosas diferentes sobre el significado y el valor de los recursos naturales de la Tierra. Una manera de explorar brevemente estas diferentes visiones es haciendo dos preguntas: 1) ¿Qué utilidad tienen los recursos naturales? y 2) ¿Para quién la naturaleza es un recurso?
¿Qué propósito tienen los recursos naturales?
Si piensas acerca de lo que los recursos naturales significan para ti, muchos pensamientos pueden venir a tu mente. Puede que tú valores estos recursos principalmente como cosas para usar y consumir. O también, puede ser que valores los recursos de la Tierra como cosas bellas o como los materiales indispensables que apoyan a todas las formas de vida. Incluso puedes opinar que, antes que nada, los recursos naturales son un asunto de investigación y estudio. Si reflexionas esto con mayor detenimiento u observas cómo actúas habitualmente en relación con los recursos naturales, puedes encontrar que una visión sobre los recursos naturales es más fuerte que otras.
Aquí te compartimos algunas ideas que tienen las personas sobre la finalidad de los recursos naturales. Existe una primera idea dominante de piensa que la finalidad del agua, la tierra, los minerales, la vegetación y la vida animal de la Tierra es servir a los seres humanos como mercancías, económicas, como objetos de uso y consumo. Algunas personas afirman que esto es, por definición, el único propósito de los recursos naturales.
Sin embargo, no todo el mundo mira los recursos de la naturaleza de esta manera. Algunas personas ven los recursos de la Tierra como tesoros culturales. Los recursos naturales sirven a algunas personas como una expresión concreta de su propia auto comprensión y su identidad cultural.
Por ejemplo, la autocomprensión del pueblo Inuit del Ártico está directamente relacionada con la tierra y los recursos de los que han dependido durante miles de años. Un individuo Inuit puede abandonar el Ártico y sobrevivir en una ciudad bulliciosa, pero si todos los Inuit dejarán el Ártico y vivieran en la ciudad, el modo de vida tradicional de los Inuit dejaría de existir. Ellos estarían separados de la tierra y de los recursos naturales que les dieron, en primer lugar, su identidad cultural.
Puede ser difícil para los habitantes de las ciudades apreciar el impacto que la tierra y los recursos pueden tener sobre la identidad cultural de un pueblo. Las personas que encuentran el sentido de sus vidas en la tierra, tienen una cosmovisión distinta a la de las personas que ven la naturaleza como algo simplemente para ser usado y consumido.
Desde otra perspectiva, muchas culturas de los pueblos indígenas en todo el mundo consideran los recursos del mundo natural como miembros de sus familias. Desde este punto de vista, el primer objetivo de los recursos de la Tierra no es servir como objetos de consumo humano o incluso para la identidad cultural, sino participar en una relación de parentesco con las personas.
Un ejemplo contemporáneo de esta perspectiva puede verse en la experiencia de la gente Lakota Sioux de Norte América. En 1979, el Tribunal de Reclamaciones de Estados Unidos otorgó $105 millones de dólares a los Lakota Sioux en compensación por el robo del gobierno, en 1889, de tierras sagradas de los pueblos, Paha Sapa (o Black Hills). En el acuerdo, el gobierno estadounidense mantuvo la tierra, pero ofreció dinero como reparación. Hoy, a pesar de la extrema pobreza del pueblo Lakota en la Reserva de Pine Ridge, en Dakota del Sur, los $105 millones de dólares permanecen con el gobierno de Estados Unidos. ¿Por qué? Los Lakotas Sioux tradicionales no quieren dinero, querían el regreso de su ancestros, Paha Sapa.
Productos económicos, tesoros culturales y ancestrostribales son sólo algunas de las concepciones que las personas tienen sobre el propósito y el significado de los recursos naturales de la Tierra. Estas y otras cosmovisiones forman consciente e inconscientemente la relación espiritual de una persona con la Tierra y, a su vez, determina cómo actúa una persona en la naturaleza.
¿Para quién es la naturaleza un recurso?
También es importante investigar las ideas respecto a la segunda pregunta: ¿para quién es la naturaleza un recurso? Algunas personas consideran la respuesta a esta pregunta obvia. ¿Cómo puede la naturaleza ser un recurso para cualquier persona o cosa que no sea para los seres humanos?
Pero ¿qué pasa con las otras criaturas vivientes en nuestro planeta? ¿La Tierra no es también un recurso para los animales, los peces y los insectos? ¿No necesitan también de los recursos de la Tierra para obtener alimentos, agua, espacio y para protegerse de los depredadores? Algunos insectos, peces y animales incluso “cultivan” sus propios recursos naturales. La damisela, por ejemplo, cultiva algas de los arrecifes de coral mordisqueando lo que no le gusta para que puedan florecer las plantas más nutritivas. Algunas hormigas cultivan hongos (su principal fuente de alimento) a partir de hojas que han masticado, y con la masa que resulta del material vegetal y la saliva, hacen una especie de bolas, fertilizado con sus propias heces, de las que luego nacen los hongos que cosechan como alimento.
Otra idea que algunas personas sostienen es que los recursos de la Tierra no existen principalmente para el beneficio de los humanos o no humanos, sino para la satisfacción de un poder superior. Los miembros de ciertas religiones del mundo creen que los recursos naturales de la Tierra son de y para Dios, dioses o poderes espirituales. Esto no significa que las personas en estas religiones nunca utilicen los recursos naturales, sino que antes de usar los recursos de la Tierra, la gente suele pedir permiso y hacer algún tipo de ofrenda ritual a la divinidad.
Por ejemplo, en 2012 la Fuerza Naval de Estados Unidos en Atsugi, Japón, se estaba preparando para cortar un grupo de árboles grandes para un campo de golf. Según la creencia tradicional en la religión sintoísta, los árboles antiguos primero pertenecen a los dioses. Como resultado, un sacerdote sintoísta fue llamado al lugar para realizar una bendición ritual antes de que los árboles fueran talados.
Considera como ves los recursos naturales de la Tierra. ¿Los ves como mercancías, tesoros culturales, ancestros o algo más?
¿Para quién o para qué crees que existen los recursos naturales? ¿Los recursos de la Tierra son sólo para los humanos o también para los insectos, peces y animales? ¿Son para un dios?
Tus respuestas a estas preguntas le darán sentido al papel de la naturaleza en tu cosmovisión y te harán ver cuál es tu relación espiritual con el mundo natural.
Los recursos naturales y lo sagrado
Como se mencionó al comienzo de esta sección, algunas personas entienden los recursos naturales de la Tierra como sagrados, como entidades de poder y belleza que las explicaciones científicas no logran comprender al describirlos. Una posible manera de entender lo que la gente siente aquí es hacer una analogía entre su experiencia de lo sagrado y las dos fuerzas del universo: la electricidad y la gravedad.
Cuando escuchas la palabra “electricidad,” ¿qué es lo que viene a tu mente? Quizá pienses en un choque eléctrico o una luz brillante, o tal vez una chispa de fuego, o un relámpago. Piensa en estas asociaciones y lee La Grandeza de Dios escrita por el poeta jesuita Gerard Manley Hopkins.
La Grandeza de Dios
El mundo está cargado con la grandeza de Dios.
Resplandecerá, como el brillo de oropel sacudido;
se congrega en grandeza, como el brote del aceite
Aplastado. ¿Por qué los hombres, entonces, no obedecen a su báculo ahora?
Generaciones han pisado, han pisado, han pisado;
y todo está quemado con oficio; difuminado, manchado con trabajo duro;
y desgastan los actos del hombre y se amplía el olor del hombre: el suelo
ahora está desnudo, ni el pie, calzado, puede sentir.
Y con todo esto, la naturaleza nunca se agota.
Ahí vive la profunda frescura queridísima de las cosas;
Y aunque las últimas luces del negro occidente se apagaron
Oh, mañana, en el borde marrón hacia el este, surge…
Porque el Espíritu Santo a través del curvado
mundo anida en su cálido pecho y ¡ah! sus alas brillantes.
Los poemas de Gerard Manley Hopkins (1844-1889) dan algunas de las descripciones más memorables de la naturaleza en el idioma inglés. Lee también Pied Beauty. 1
En el poema de Hopkins, la condición sagrada del mundo natural, la grandeza de Dios, viene a través de la electricidad. Se siente la naturaleza como “cargada”, “luminosa” y “brillante como el oropel sacudido”. Con tal poder, Hopkins se pregunta cómo tantas personas no reconocen (“obedecen”) la presencia de Dios (“báculo”) en la naturaleza. De hecho, muchas personas experimentan el carácter sagrado de la naturaleza y encuentran en la poesía una buena manera de expresarlo.
Piensa en la palabra “gravedad.” ¿Te imaginas una fuerza poderosa, un poder silencioso, algo que te mantiene firmemente sobre el suelo? Piensa en estas asociaciones mientras miras la fotografía de Ansel Adams del Cañón de Chelly en Arizona.
¿Recuerdas del ‘Efecto perspectiva’ de la Introducción ? Si no, repasa por el vídeo otra vez.
Ansel Adams fue un fotógrafo estadounidense y un ambientalista famoso por sus fotografías de paisajes en blanco y negro del Oeste Americano. Cuidadosamente organizó los objetos naturales en sus fotografías para que la inmensidad del espacio y el contraste entre el paisaje y el cielo destacaran. Esperaba durante horas hasta que el Sol y las nubes produjeran la iluminación natural que él quería. En su arte fotográfico, Adams capturó la “solemnidad” sagrada que mucha gente experimenta en los recursos naturales de la Tierra: su majestuoso poder, la temporalidad, la solidez y el silencio noble. Él dijo una vez, “a veces llego a lugares justo cuando Dios deja todo listo para que alguien haga clic en el obturador”.
Vuelve a la Introducción y ve la fotografía de Ansel Adams. Si quieres conocer mejor su obra fotográfica de la naturaleza, visita la Galería de Ansel Adams.
¿Qué tipo de arte disfrutas más: la música, el cine, la poesía, las novelas, el teatro, la danza, la pintura, la fotografía o algún otro?
- Haz una obra de arte con la expresión artística que más te guste, sobre un tema ambiental, que puede ser, por ejemplo, un árbol, un animal, una montaña, lago o río.
- Describe qué y cómo tu obra de arte comunica algo acerca de los recursos naturales, ojalá también en forma poética, que vaya más allá de una descripción puramente científica.
Los recursos naturales y las religiones del mundo
Otra forma en la que los seres humanos comunican su relación espiritual con los recursos naturales de la Tierra es a través de rituales y creencias religiosas. Una conciencia de cómo las distintas religiones honran a la naturaleza nos enseña sobre la rica diversidad de la experiencia humana y la creatividad en el mundo.
Comenzamos este capítulo comenzó con un estudio de caso de las minas de Coltán en el Parque Nacional de Kahuzi-Biega, en la República Democrática del Congo. El estudio de caso se centró en la extracción de recursos naturales y su impacto en la población africana. Un grupo de la región del Parque Nacional de Kahuzi-Biega no mencionado en el estudio de caso es el pueblo Batwa (o Twa). Los Batwa son un pueblo pigmeo, que se piensa fueron los primeros y más antiguos habitantes del Congo. Ellos han vivido durante miles de años en las vastas selvas tropicales del Congo central que atraviesan el Parque Nacional Kahuzi-Biega.
La antigua religión de los Batwa rinde homenaje al bosque como fuente de toda la vida física y espiritual. Como animistas religiosos, los Batwa tradicionales no distinguen entre los ciclos naturales del bosque y los ciclos rituales que reconocen en el mundo espiritual. Tampoco hacen una distinción entre los bosques y el poder de Dios.
En 1972, el entonces Gobierno del Zaire creó el sistema de parques nacionales y desalojó a los Batwa de la zona forestal que se convirtió en el Parque Nacional Kahuzi-Biega. El efecto de este desalojo en el pueblo Batwa fue catastrófico. Viviendo fuera de sus tierras tradicionales, las personas cayeron en la pobreza, el alcoholismo, la drogadicción y el suicidio. Hoy, decenas de años después del desalojo, los Batwa todavía son discriminados y segregados en la sociedad en la República Democrática del Congo.
De una manera muy diferente, los árboles también son parte del ritual religioso judío. El festival de Tu B’shvat, o Año Nuevo de los Árboles, es una celebración en la que se siembran árboles que se realiza el día 15 del mes judío de Shevat. Este es el día en que la tradición judía considera el inicio de la nueva temporada de cultivo, el día en que la savia empieza a fluir en los árboles frutales de Israel. En la actualidad, algunas comunidades judías también han adoptado un Seder de Tu B’shvat en el que se consumen frutas y vino específicos mientras se recitan bendiciones para llevar a la humanidad y a la naturaleza a un mejor equilibrio espiritual.
La siembra de árboles y la recuperación de los bosques se han convertido también en una dimensión importante de la religión sikh en la India. Apoyada por sus textos sagrados, especialmente el Eak Bageecha (una compilación de shabads o cantos sagrados del Guru Granth Sahib sobre el medio ambiente), los sijs han estado restaurando el bosque sagrado que rodea su ciudad peregrina de Amritsar. Desde 2007, se han plantado más de un millón de árboles cada año, de modo que el área del bosque tiene ahora más de 16 km2.
En el cristianismo católico, se cree que la creación es una obra y revelación de Dios. Los recursos naturales de la creación son considerados como manifestaciones y celebraciones de la gloria de Dios. Un excelente ejemplo de esta perspectiva religiosa sobre los recursos naturales fue comunicado por los obispos católicos de la región de los Apalaches de Estados Unidos en dos cartas pastorales. En 1975, los obispos escribieron una carta innovadora sobre justicia ambiental titulada Esta tierra es mi hogar. Veinte años después, los obispos celebraron el aniversario de este documento con la carta En casa en la red de la vida. Una sección de la carta de 1995 dice:
Decir que la creación es la revelación significa que el esplendor de los Montes Apalaches,
Sus valles y ensenadas,
Sus crestas y oquedades,
Sus cielos y bosques,
Sus rocas y suelos,
Sus ríos, arroyos y manantiales,
Sus plantas y animales,
nos muestran la gloria de Dios, todo nos habla de la hermosa presencia de Dios.
En la sección 33 de su encíclica Laudato Si’, el Papa Francisco reitera esta creencia de que los recursos de la Tierra son una manifestación de Dios. A esto agrega un lamento por la disminución de la capacidad de la Tierra para celebrar a Dios, debido al consumo humano excesivo de los recursos naturales:
“Cada año desaparecen miles de especies vegetales y animales que ya no podremos conocer, que nuestros hijos ya no podrán ver… Por nuestra causa, miles de especies ya no darán gloria a Dios con su existencia ni podrán comunicarnos su propio mensaje.”
Visita la página web de EcoSikh para conocer más acerca de la importancia de los recursos de la Tierra para la religión Sikh.
Las creencias y los rituales de las religiones del mundo no han sido siempre respetuosos del mundo natural. En el budismo y el catolicismo romano, por ejemplo, la demanda de objetos religiosos de marfil contribuyó a la disminución de las poblaciones de elefantes en África. Ahora, los líderes de ambas religiones han acordado prohibir el uso de objetos de marfil. Esto y mucho más tendrá que ocurrir para que las religiones del mundo alineen completamente sus prácticas con un mayor respeto a los recursos de la Tierra. Al mismo tiempo, el compromiso de sanar la Tierra está creciendo dentro de las religiones de todo el mundo.
Para San Ignacio, la dimensión espiritual era una forma de discernir los deseos y compromisos más profundos. Lo mismo ocurre hoy: en el discernimiento espiritual somos desafiados a mirar lo que realmente valoramos y con lo que estamos sinceramente comprometidos en nuestras vidas. Ignacio sabía que sin este tipo de autoconocimiento, los hombres a quienes enviaba en misiones a culturas desconocidas en cada rincón del mundo no serían capaces de mantener sus compromisos.
Del mismo modo, tampoco actuaremos eficazmente para sanar la Tierra, ni permaneceremos comprometidos con nuestra tarea, sin el autoconocimiento y el conocimiento de los demás que viene a través de la atención a espíritu interior. Dicho esto, pasamos ahora a considerar posibles acciones relacionadas con la protección y preservación de los recursos de la Tierra.
¿Haces parte de una religión? ¿Tu educación en esa religión te ha enseñado algo sobre el significado y el valor de los recursos naturales de la Tierra? Considera la posibilidad de profundizar en tu religión y aprender más acerca de cómo sus creencias y rituales se relacionan con el mundo natural.
Si no haces parte en una religión, ¿valoras la importancia de la religión en la vida de las demás personas? Si es así, ¿cómo describirías ese valor? Si no, ¿qué valores sientes que faltan en la religión, especialmente en relación con el cuidado de la Tierra?