Alimentos y ética
En la sección anterior analizamos aspectos científicos básicos de las redes alimentarias, los ciclos biogeoquímicos y la formación del suelo. Luego vimos un resumen del desarrollo histórico de la producción de alimentos y agricultura, con especial atención en la Revolución Verde. También analizamos el impacto ambiental del sistema alimentario industrial, así como las acciones que se están realizando para desarrollar un sistema alimentario ambientalmente sostenible. Las prácticas recomendadas en el primer paso hacia la creación de un sistema sostenible incluye:
- cuidar la salud de los suelos
- eliminar el desperdicio de agua
- diversificar los cultivos
- eliminar pesticidas químicos, insecticidas y herbicidas.
Cuando los agricultores contemplan una transición hacia una agricultura sostenible, surgen muchas preguntas. No todas son preguntas prácticas: ¿Cómo debo hacerlo? Algunas son preguntas morales como ¿Debería hacerlo? Algunos ejemplos de estas últimas pueden ser:
- Estoy realmente interesado en la agricultura de labranza mínima. Aunque creo que reducirá el rendimiento de mis cultivos a corto plazo confío que mejorará mi rendimiento de suelo y cultivos en el futuro. ¿Puedo arriesgar la seguridad financiera de mi familia en esta apuesta? Quiero ser moral y realista. ¿Qué debo hacer?
- El suelo pobre de mí finca siempre necesitará un alto nivel de riego que drena los acuíferos. Podría vender mi finca y buscar tierras que tengan más potencial para una agricultura sostenible, pero eso significaría abandonar el lugar en el que ha transcurrido gran parte de mi vida. Quiero ser moral y realista. ¿Qué debo hacer?
- Estoy interesado en sembrar cultivos intercalados, pero sé que mis amigos de toda la vida que siembran monocultivos no me apoyarán. De hecho, es probable que me rechacen como a un “abraza-árboles”. Quiero ser moral y realista. ¿Qué debo hacer. ¿Qué debo hacer?
- Aprecio las abejas, pero donde vivo todos usan pesticidas químicos en sus cultivos. Me siento incómodo haciendo algo diferente. Quiero ser moral y realista. ¿Qué debo hacer?
A los agricultores rurales (y los horticultores urbanos) les surgen dilemas morales como estos en la primera etapa del sistema alimentario. Después de este paso, el procesamiento, la distribución, el consumo y la disposición de los alimentos plantean sus propias cuestiones morales tanto a nivel personal como de políticas públicas. Las preguntas personales podrían incluir:
- Vi en las noticias que los océanos se están contaminando con toneladas de plásticos no biodegradables. Utilizo envases de plástico en mi pequeña planta de procesamiento de alimentos, pero mi producción es una gota en el mar. Además, si cambiara a papel, tendría que despedir a dos trabajadores porque el costo de comprar papel es mayor que el plástico. Quiero ser moral y realista. ¿Qué debo hacer?
- Los ambientalistas me están diciendo que deje de transportar mis productos alimenticios en vehículos de gas y diésel y que cambie a camiones híbridos. Pero un cambio como éste sería costoso. Quiero ser moral y realista. ¿Qué debo hacer?
- Sé que la cantidad y la calidad de los alimentos que consumo son importantes para mi salud, pero mi pareja me dice que también debo tener en cuenta la salud del medio ambiente en mis elecciones de alimentos. Esto haría que mi vida ya ocupada y compleja se vuelva aún más complicada. Quisiera relajarme, y no tener que hacer investigación de alimentos. Quiero ser moral y realista. ¿Qué debo hacer?
- Cuando se trata del desecho de alimentos, hago lo que todos los demás hacen en mi edificio: pongo los desperdicios de alimentos en la basura que recoge el servicio de residuos de la ciudad. Las personas me dicen que este no es un buen sistema, porque cuando los alimentos se descomponen en los vertederos crean metano, un gas de efecto invernadero 23 veces más potente para la atmósfera que el dióxido de carbono. Mis amigos me han aconsejado que haga compostaje con los residuos de comida. Pero mi ciudad no tiene un sistema que permita el compostaje y vivo en el decimosexto piso en un complejo de apartamentos. No tengo idea de cómo hacer compostaje en esta situación. Quiero ser moral y realista. ¿Qué debo hacer?
Como puedes ver, la ética alimentaria involucra una amplia gama de dilemas reales de naturaleza práctica. En esta sección solo tocamos la superficie de las cuestiones morales que los trabajadores del sistema alimentario, los consumidores de alimentos y los responsables de las políticas públicas enfrentan todos los días. Al hacerlo no ofrecemos respuestas a preguntas morales específicas; más bien, presentamos un marco que puede ayudarte a reflexionar sobre los problemas alimentarios desde un punto de vista ético. Éste es el mismo marco de ética ambiental utilizado en cada capítulo de Sanando la Tierra.
Al explorar los problemas de los alimentos y del sistema alimentario con este marco, puedes llegar a una conciencia más profunda de tus propios valores morales y continuar fortaleciéndolos. Al mismo tiempo, avanzaremos en la visión ambiental presentada por el Papa Francisco en Laudato Si’. Los sólidos valores morales sólidos serán un recurso importante a medida que enfrentes desafíos ambientales ahora y en los años venideros
Para comenzar a explorar la alimentación y la ética, volvemos a la pregunta planteada en el estudio de caso del Aceite de Palma en Guatemala que abrió este capítulo: ¿Qué fundamentos y normas éticas deberían guiar la forma en que producimos, procesamos, distribuimos, consumimos y desechamos los residuos de alimentos?
Fundamentos Éticos
Pensando específicamente en los alimentos y los sistemas alimentarios, presentamos los tres fundamentos de la ética ambiental de Sanando la Tierra de esta manera:
- Los alimentos tienen un valor intrínseco.
- Los alimentos tienen un valor instrumental.
- El valor de la sostenibilidad requiere un enfoque de “respeto en el uso” hacia todos los elementos del sistema alimentario: suelo, agua, aire, plantas, insectos, animales y humanos.
Junto con la biodiversidad, los recursos naturales, la energía y el agua, los alimentos son una parte fundamental e irremplazable del ecosistema de nuestro planeta. Al igual que las plantas, los insectos, los animales, el agua y los minerales que lo constituyen, los alimentos tienen un valor intrínseco.
Desde este punto de vista, es moralmente irreflexivo instrumentalizar los alimentos de manera que lleguemos a verlos como sólo como un objeto que consumimos o una mercancía que genera crédito o débito en los libros de contabilidad de una empresa. La ciencia ambiental nos enseña que el valor instrumental de los alimentos no es su valor económico, sino su valor de uso para nutrir la vida en la Tierra.
El valor de la sostenibilidad une los valores intrínsecos e instrumentales de los alimentos. Al hacerlo, señala la importancia ética de equilibrar estos valores, de mantener un equilibrio moral entre nuestro uso instrumental de los alimentos y los trabajadores de alimentos y nuestro respeto por el valor intrínseco que poseen. Esta actitud de “respeto en el uso” es la base moral de la ética alimentaria de Sanando la Tierra. Como escribe el Papa Francisco en Laudato Si’ comenzar con una actitud respetuosa con el medio ambiente “no puede descartarse como un romanticismo ingenuo, ya que afecta las elecciones que determinan nuestro comportamiento”. En ética la actitud importa.
Revisa los fundamentos y las normas de la ética ambiental de Sanando la Tierra en la Introducción.
Normas éticas
Las normas éticas que informan el comportamiento humano en relación con los alimentos se comunican a través de principios, objetivos y virtudes. Estas mismas normas éticas se usan en Sanando la Tierra y ahora se aplican a los alimentos y los sistemas alimentarios.
La palabra “mercancía” es una palabra utilizada en todo el sistema alimentario industrial. Una palabra que se usa con menos frecuencia es “mercantilización”. Busca estas dos palabras en el diccionario. ¿En qué se parecen? ¿En qué se diferencian? ¿Qué cuestiones morales plantean estas palabras en relación con los alimentos y los sistemas alimentarios?
Principios morales y alimentos
Al comienzo de este capítulo vimos cómo la experiencia alimentaria de muchos habitantes urbanos, se limita a comprar alimentos en supermercados y restaurantes y consumir alimentos en el hogar, en restaurantes o en otros lugares. En esta experiencia alimentaria, los cuatro pasos que preceden y siguen al consumo (producción, procesamiento, distribución y desecho) generalmente están “fuera de la vista y fuera de la mente”.
Estudiar los alimentos desde una perspectiva de ciencia ambiental atrae la atención hacia estos pasos invisibles. Esta mirada nos acerca a las actividades de la vida real que mueven nuestros alimentos de la tierra y el mar al plato y al desperdicio. Aprender sobre estas actividades nos acerca a las preguntas morales que las personas enfrentan a lo largo del sistema.
Sanando la Tierra ofrece seis principios éticos como pautas para resolver cuestiones morales que surgen en la producción, procesamiento, distribución, consumo y desecho de alimentos. Estos principios son:
- Cuidar la creación.
- Dignidad humana y derechos humanos.
- El bien común.
- El destino universal de los bienes.
- La opción preferencial por los pobres.
- El principio de subsidiariedad.
Cuidado de la creación
El principio moral del cuidado de la creación comunica la responsabilidad que tenemos de preservar y proteger el medio ambiente a medida que ponemos los frutos de la tierra a disposición de los seres humanos y otros organismos. Esto desafía a las personas en la primera etapa o del sistema alimentario, para tener en cuenta el cuidado de la creación al decidir sobre los métodos de labranza del suelo, riego, diversidad de cultivos, cuidado de animales y manejo de insectos. Las personas que nos representan en cargos públicos también deben respetar este principio al diseñar políticas y leyes relacionadas con los alimentos y los sistemas alimentarios.
Las prácticas agrícolas que descartan el principio del cuidado de la creación son aquellas que degradan el suelo de manera persistente, agotan el suministro de agua dulce de la Tierra, confinan a un gran número de animales en los CAFO u Operaciones Concentradas de Alimentación Animal, contribuyen al colapso de las colonias de abejas, contaminan nuestras aguas y propagan químicos peligrosos en el suelo y en el aire. La transición para alejarse de tales prácticas requiere valor e imaginación. El principio del cuidado de la creación nutre estas virtudes. Como dice la Conferencia Nacional Católica de Vida Rural en su declaración “La red de la vida es una”:
La red de la vida es una. La creación tiene una integridad y un valor inherente más allá de su utilidad para los seres humanos. No podemos hacer simplemente lo que queramos con el orden creado. La ciencia adecuada, el sentido común y los valores apropiados nos enseñarán a respetar la red de la vida y a cada miembro de ella. 1
En su reunión internacional de 2018 en Toronto, Canadá, el Parlamento de Religiones Mundiales agregó una quinta directiva a Ética Global: Compromiso con una cultura de sostenibilidad y cuidado de la tierra. Lee más aquí sobre este importante desarrollo.
Dignidad humana y derechos humanos
El principio moral de la dignidad humana significa el valor intrínseco que poseen todos y cada uno de los seres humanos en la Tierra. Este principio sustenta la afirmación moral de que todos los seres humanos tienen derecho no sólo a la vida, sino también a los recursos materiales necesarios para la vida. Como establece el Artículo 25 de la Declaración Universal de Derechos Humanos de la Naciones Unidas: “Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado para la salud y el bienestar de sí mismo y de su familia, incluida la alimentación”states: “everyone has the right to a standard of living adequate for the health and well-being of himself and of his family, including food.” Y cuando pensamos en “todos y cada uno de los seres humanos de la Tierra”, debemos tener en mente no sólo a los que viven ahora en la Tierra, sino también a las generaciones futuras, tan afectadas por nuestras decisiones, políticas y prácticas actuales.
El reconocimiento concreto del derecho de los seres humanos a la alimentación y al agua limpia es el objetivo de la “seguridad alimentaria”. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la seguridad alimentaria tiene cuatro características:
- Que los alimentos sanos y nutritivos estén disponibles en cantidades adecuadas a las necesidades de las personas y las comunidades.
- Que haya acceso local a los alimentos a un costo asequible.
- Que los alimentos se utilicen de manera que maximicen su valor nutricional. 2
- Que el sistema alimentario satisfaga sistemáticamente las necesidades de las personas y las comunidades a lo largo del tiempo.
Desde el principio del milenio hasta ahora, el mundo vio una reducción del número de personas desnutridas. A pesar de este gran progreso, la prevalencia mundial de la desnutrición ha aumentado desde 2015. En 2017, se estima que el número de personas desnutridas aumentó a 821 millones, alrededor de una de cada nueve personas en el mundo. Este aumento se ha relacionado con el cambio climático y con los conflictos entre países o regiones, los cuales causan hambruna de forma directa. Como veremos en el capítulo del cambio climático, los fenómenos meteorológicos inciertos causados por el cambio climático inducido por actividades humanas afectan regiones que dependen especialmente de las condiciones atmosféricas predecibles para poder cultivar alimentos para su sustento. Esta realidad llama a todas las naciones y regiones del mundo a empeñarse en la adopción de los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS) de tal manera que los efectos del cambio climático no sigan afectando la dignidad y derechos de millones de seres humanos.
Otro derecho en la Declaración Universal de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en relación con el sistema alimentario mundial se establece en el artículo 4: “Nadie debe ser sometido a esclavitud ni a servidumbre”. Por sorprendente que parezca para algunos, la esclavitud a nivel mundial ha resurgido en las últimas décadas debido al aumento de la trata de personas. Los científicos sociales afirman que este aumento en el tráfico se debe en gran parte a un aumento en la vulnerabilidad de las personas, causada por los eventos climáticos mencionados anteriormente. Estos eventos han elevado los niveles de migración humana y ampliado la brecha entre ricos y pobres.
Obtén más información sobre la inseguridad alimentaria aquí.
Los migrantes pobres son los principales objetivos de los traficantes de personas. El Informe de Trata de Personas de 2018 del Departamento de Estado de Estados Unidos señala que una parte significativa de los 27 millones de hombres, mujeres y niños que son víctimas de la trata de personas en todo el mundo son trabajadores esclavizados del sistema alimentario. La mayoría de los dueños de esclavos son contratistas locales que secuestran a las personas migrantes y los ponen en servidumbre afianzada o esclavitud por deudas. Los dueños de los esclavos luego arriendan sus esclavos a granjas industriales, ranchos, talas u operaciones de pesca. Por lo general, las industrias globales o las empresas locales que emplean a estos trabajadores niegan cualquier conocimiento de que sus trabajadores sean esclavos.
Muchos consumidores en el mundo desarrollado disfrutan de los alimentos en un extremo de una cadena de suministro que tiene esclavos en el otro. Slaveryfoodprint.org ha desarrollado una encuesta que puedes usar para estimar los bienes de consumo que disfrutas habitualmente y la cantidad de esclavos a lo largo de la cadena de suministro que probablemente estuvieron involucrados en la producción de estos bienes. Un grupo de expertos canadiense no partidista llamado Centro para la Innovación de Gobernabilidad Internacional enfoca la investigación en seguridad global y derecho internacional. La organización alienta a los líderes mundiales a desarrollar políticas humanitarias para ayudar a las decenas de miles de refugiados climáticos y prevenir la trata de personas.
Ya sean esclavas o libres, las mujeres en el sistema alimentario industrial global sufren violaciones persistentes a sus derechos humanos. En muchas áreas del mundo, a las mujeres no se les permite poseer propiedades, no reciben salarios equivalentes a los hombres por un trabajo similar y no se les da el mismo acceso a la educación. Las mujeres esclavas por deuda a menudo se ven arrendadas por sus dueños a hogares domésticos como amas de casa, jardineras, cocineras y lavaplatos.
Por supuesto, solamente decir que los seres humanos tenemos dignidad y derechos humanos no crea seguridad alimentaria, no elimina la esclavitud ni aumenta el respeto por las mujeres. Nuestras palabras morales deben arraigarse en prácticas, políticas y leyes reales. Pero las palabras sí son importantes. Cuando se habla públicamente del respeto a la dignidad y los derechos humanos, se alienta a las personas y las comunidades a asumir riesgos, gastar energía, defender su derecho a la seguridad alimentaria, la liberación y la igualdad de los oprimidos.
El bien común
Cuando las empresas agrícolas y alimentarias responden a los deseos de los consumidores individuales de manera ambientalmente sostenible y socialmente responsable, estas empresas respetan el principio del bien común.
Si el enfoque para la toma de decisiones de un sistema alimentario se activa principalmente por los deseos investigados por el mercado que realiza un consumidor “promedio estadísticamente”, entonces ese sistema alimentario comprometerá la salud del suelo, la protección del agua, el tratamiento humanitario de los animales, el control no químico de plagas y el compostaje al costo de los alimentos y la conveniencia de ese consumidor individual. Cuando una empresa agrícola o alimentaria reduce sus objetivos en esta medida, viola en gran medida el principio del bien común.
El Movimiento de Comercio Justo tiene como uno de sus objetivos equilibrar los logros económicos con el bien común. La idea del comercio justo es ayudar a los productores de alimentos de los países en desarrollo más pobres a obtener un precio justo por sus productos conectándolos con consumidores de alimentos conscientes en países desarrollados que desean comprar productos de calidad y promover el bien común. Los dos mecanismos más ampliamente reconocidos para que los consumidores identifiquen productos de comercio justo son a través de la certificación del producto por parte de organizaciones de comercio justo como la Organización Mundial de Comercio Justo y de las etiquetas con el sello de comercio justo que van en los empaques de los productos.
A partir de una idea que comenzó con unas pocas personas en Gran Bretaña a fines de la década de 1940, el movimiento de comercio justo ha crecido hasta el punto de que las ventas globales de productos de comercio justo alcanzaron un récord de $ 9.2 mil millones de dólares en 2017. Un artículo reciente en el Winsight Grocery Business Report dice de una organización de comercio justo:
“En 2017, Fairtrade America trabajó con más de 1.6 millones de agricultores y trabajadores en 75 países para mejorar la sostenibilidad de su cadena de suministro a través de estrategias tales como lograr ingresos y salarios, fortalecer la posición de las mujeres y los jóvenes, apoyar a las comunidades para mitigar el efectos del cambio climático y el trabajo con socios para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible [ONU]. Hoy, más de 30,000 productos con la etiqueta de certificación de comercio justo certificado están disponibles en 150 países.” 3
Es importante verificar con las comunidades y los agricultores que participan en el movimiento de comercio justo, u otros similares, para verificar que se mantenga la sostenibilidad, no sólo desde el punto de vista ambiental y económico, sino también cultural y espiritual. A veces, cuando el objetivo es proporcionar productos a los consumidores de países lejanos, el producto se considera simplemente como otro producto básico en el mercado, y se pierde el principio del bien común. En su encíclica social de 1991 Centesimus Annus, el Papa Juan Pablo II afirma que una empresa no debe actuar como una “sociedad de bienes de capital” centrada únicamente en recompensas financieras para sus propietarios e inversores. Por el contrario, una empresa debe actuar como una “sociedad de personas” que logra recompensas financieras y sirve al bien común. El Papa desafió a las empresas a reunir a productores y consumidores globales en una “cadena de solidaridad en expansión progresiva” que cree valor no sólo para la empresa, sino para la sociedad en general. Esto expresa bien la aspiración del movimiento de comercio justo y el principio del bien común. Así pues, tanto si eres un consumidor como un agricultor, todos tenemos un rol que desempeñar para defender la sostenibilidad integral y el bien común.
Para conocer los 10 principios del comercio justo según la Organización Mundial del Comercio Justo, lee este informe.
Destino Universal de Bienes
Otro principio moral importante de la ética alimentaria de Sanando la Tierra es el destino universal de los bienes. En relación con los alimentos, este principio centra nuestra atención en el “destino universal”, o el objetivo final, de los alimentos y sistemas alimentarios. Ese propósito es nutrir la vida de manera sostenible y justa.
Un desafío permanente para el principio del destino universal de los bienes es la absolutización de la propiedad privada, especialmente cuando se trata de la privatización de alimentos y agua. Por un lado, la evidencia sugiere que la propiedad individual aumenta la probabilidad de que ésta sea mejor utilizada y cuidada que si es propiedad de un grupo. Siglos atrás, el famoso teólogo medieval católico romano Santo Tomás de Aquino escribió en su Summa Theologicaque hay tres razones para favorecer la propiedad individual. Cuando un grupo posee algo, 1) los individuos tenderán a “eludir el trabajo y dejarlo a otro”, 2) “habría confusión si todos tuvieran que ocuparse de algo indefinidamente” y 3) “Las disputas surgen con mayor frecuencia donde no hay división de las cosas poseídas”. 4
Por otro lado, Santo Tomás advirtió sobre los riesgos de la absolutización de la propiedad individual. En su análisis moral de “robo y hurto”, Santo Tomás hace una declaración que ha pasado a través de los siglos y que está en el corazón del principio del destino universal de los bienes: “En caso necesario, sunt omnia communia”, es decir, “en caso de necesidad, todas las cosas son de propiedad común”. Incluso continúa diciendo:
“No es robo, propiamente hablando, tomar en secreto y usar la propiedad de otro en un caso de extrema necesidad: porque lo que toma para el sustento de su vida se convierte en su propia propiedad por razón de esa necesidad.” 5
Santo Tomás está pensando aquí en una persona que sufre hambre o sed extrema y otra persona que posee una cantidad de alimentos o agua más allá de sus necesidades inmediatas. El “cambio de propiedad” que libera la culpabilidad moral de una persona del robo es ocasionado por la condición extrema de la persona y el exceso de bienes de la otra persona. Pero las cosas nunca deberían haber llegado a este punto. A una persona que disfruta de una gran cantidad de bienes, dice Santo Tomás, “se le confía la administración de sus propias cosas, de modo que a raíz de ellas pueda acudir en ayuda de los necesitados”.
Opción preferencial por los pobres y vulnerables
El principio de opción preferencial por los pobres y vulnerables se refiere a nuestra respuesta a las personas en condiciones extremas como de hambre y sed, como acabamos de describir. Al igual que en emergencias médicas, el principio de opción preferencial nos llama a dar prioridad de tratamiento a aquellos que más necesitan atención.
Quizá algunos de nosotros vivamos en comunidades dónde hemos visto personas que padecen hambre, desnutrición o sed. Es posible que otros sólo hayamos visto fotos de personas en esta condición. Cualquiera que sea la circunstancia en la que nos encontremos, el propósito del principio de opción preferencial es cambiar el enfoque de nuestra atención de los múltiples focos de nuestros días ocupados, al sufrimiento actual de las personas hambrientas.
Ese cambio puede tomar la forma de nuestro apoyo a un banco local de alimentos de emergencia. También podría significar el apoyo a organizaciones internacionales dedicadas a proporcionar alimentos y agua a las personas necesitadas. Miles de personas en todo el mundo animadas por el principio de opción preferencial trabajan para organizaciones como las que se enumeran a continuación. Visita sus sitios web y aprende acerca de ellos.
Feeding America
World Food Programme
Bread for the World
Food-aid International
World Vision International
Subsidiariedad
En la ética alimentaria de Sanando la Tierra, el principio de subsidiariedad enfatiza la importancia de ayudar a las personas con sus problemas agrícolas y alimentarios de una manera que no les robe sus propias perspectivas culturales, experiencia histórica y agencia personal. Esta es una crítica común al sistema alimentario industrial, ya que las decisiones sobre producción, procesamiento, distribución, consumo y desecho de residuos de alimentos son tomadas “a distancia” por personas que probablemente nunca hayan visto la tierra, los animales, los seres humanos y las comunidades locales a quienes impactan sus decisiones.
Un sistema alimentario sostenible depende del conocimiento y la participación locales e incluye componentes medioambientales, culturales, espirituales, sociales, y políticos. El sistema sólo tiene éxito cuando se crean circuitos de retroalimentación cercanos y transparentes entre productores locales, consumidores y el sector financiero; transportadores, procesadores y trituradores de residuos de alimentos e incluso escuelas locales y ayuntamientos. En su reciente estudio de la “red local de sistemas alimentarios”, Catherine Brinkley realiza una investigación en la que muestra “que los sistemas alimentarios locales ayudan a forjar redes sociales de valores compartidos enfocados en mantener la tierra en la agricultura, apoyando las prácticas de crecimiento agroecológico, promoviendo la igualdad de acceso a alimentos saludables y el fortalecimiento de economías locales inclusivas”. 6
Se nos recuerda, nuevamente, que una ética alimentaria comienza con una actitud de respeto por la tierra, el agua, el aire, las plantas, los animales y los alimentos que los seres humanos producen con ellos. El principio de subsidiariedad centra nuestra atención moral en las circunstancias de las “personas reales” y en cómo podemos ayudar a que se escuchen sus voces.
Para obtener mayor información sobre los sistemas alimentarios locales, visita este sitio web del Departamento de Agricultura de Estados Unidos.
Probablemente hayas escuchado que se refiera a alguien como una “persona con principios” o una persona que “se basa en principios”. ¿Conoces a alguien así? ¿Qué crees que significa esto? ¿En qué principio crees que una persona necesita basarse más una persona cuando se trata de ética alimentaria? ¿Por qué? ¿Te consideras una “persona de principios”? Si es así, ¿en qué principios te “apoyas”?
Objetivos morales y alimentos
El objetivo moral de la ética alimentaria de Sanando la Tierra es hacer que los alimentos saludables estén disponibles para todos los seres vivos de una manera sostenible. Este es un objetivo superior.
Cuando miramos un objetivo superior como éste, es útil recordar dos cosas. Primero, los objetivos superior se persiguen mejor a nivel local con objetivos específicos y escalables. En segundo lugar, los objetivos no sólo apuntan hacia el exterior para un mañana mejor para el bien común, sino también hacia el interior para ayudarnos a dar forma a quienes somos como personas con principios. Según Robin Lovin las metas.
dan forma a nuestras vidas, y con el tiempo nos hacen quienes somos. Nuestros objetivos proporcionan la imagen más clara de lo que creemos que pertenece a esa buena vida que todos buscamos. Nuestros objetivos representan lo que creemos que es realmente valioso, lo que vale la pena querer. 7
A lo largo de esta sección de Alimentos y ética de Sanando la Tierra hemos enfatizado lo importante que es vivir nuestra ética alimentaria con una actitud de respeto por la tierra, las plantas, los animales y los seres humanos que trabajan en los diferentes eslabones del sistema alimentario. El objetivo de ofrecer alimentos saludables a disposición de todos los seres vivos de una manera sostenible expresa ese respeto.
Cuando piensas en tus metas en la vida, ¿qué lugar ocupa la comida en tu forma de pensar? Tal vez sólo piensas en la comida como algo que necesitarás para mantener tu cuerpo saludable mientras persigues tus objetivos. En el espíritu de Sanando la Tierra, se considera la justicia alimentaria y un sistema alimentario sostenible como objetivos adicionales en tu vida. ¿Qué ajustes podrías hacer para agregar estos objetivos a tu vida?
Virtudes morales y alimentos
Otra forma de fortalecer la actitud moral de respeto en nuestras vidas es a través de las virtudes morales. La ética ambiental de Sanando la Tierra nos anima a practicar las virtudes de la gratitud, el valor, la justicia, la prudencia, la templanza, y la generosidad en nuestra relación con los alimentos, los trabajadores del sistema alimentario y los consumidores de alimentos.
Aunque la siguiente sección de este capítulo explora los alimentos y espiritualidad, es interesante observar aquí que, desde una perspectiva histórica, los seres humanos en todas las culturas de la Tierra han desarrollado formas rituales de “dar gracias” por los alimentos. Tal gratitud por la comida parece ser una característica casi primordial de la existencia humana. En entornos urbanos contemporáneos, donde las personas están distantes de la naturaleza, puede ser necesario prestar mayor atención a esta virtud de gratitud por los alimentos.
En varios lugares del capítulo hemos mencionado que el valor es importante para la transición a un sistema alimentario sostenible. Es posible que necesitemos tener valor para hacer todo, desde cambiar nuestros hábitos alimenticios hasta rediseñar un lugar de trabajo. “El valor se convierte en una virtud”, escribe André Comte-Sponville, “sólo cuando sirve a los demás”. 8 Cuando se aplica a los alimentos, el valor es el esfuerzo que necesitamos para correr riesgos y mantener la esperanza al tiempo que apoyamos las transiciones hacia una alimentación saludable y sistemas alimentarios sostenibles.
La virtud de la justicia nos infunde un sentido de justicia. Cuando se aplica a los sistemas alimentarios en nuestras vidas, la justicia significa mantener una actitud de respeto por la tierra, las plantas, los animales y los seres humanos que representan la comida que comemos. Pero más que eso, la justicia nos llama a la restitución de los daños que hemos causado a cualquier cosa o persona dentro del sistema alimentario. Cuáles son esos daños y cómo se puede hacer la restitución es el tema de este capítulo.
La prudencia es la disposición a deliberar sabiamente sobre un curso de acción para tomar decisiones con cautela, de manera bien informada y juiciosa. Las transiciones a sistemas alimentarios ambientalmente sostenibles requieren una deliberación inteligente. ¡Dirigir la atención a lo local requiere escuchar, mirar y saborear con cuidado! La sabia deliberación refleja el movimiento hacia ecosistemas equilibrados. Si la gratitud es la virtud necesaria “al comienzo” de una ética alimentaria, la prudencia es la virtud necesaria “en el proceso”.
En materia de alimentos, la virtud de la generosidad promueve “hacer una cadena de favores”. Es decir, después de beneficiarnos de los alimentos saludables que provienen de fuentes de alimentos sostenibles, se nos alienta a devolver esa generosidad al apoyar nuevos productos y nuevas empresas que contribuyan al crecimiento del movimiento de alimentos alternativos.
En esta sección de Alimentos y ética hemos presentado un marco de fundamentos morales y normas para ayudarnos a pensar sobre los problemas de los alimentos desde un punto de vista ético. Pensar con este marco puede ayudarnos a ser más consciente de los valores morales, los principios, las metas y las virtudes que ya poseemos, o que tal vez nunca hayamos considerado. Este es el proceso como profundizamos nuestra autoconciencia.
Una mayor autoconciencia nos pone en contacto con las cosas que más nos preocupan en nuestras vidas, las cosas a las que adherimos nuestros deseos más profundos. Como hemos dicho a lo largo de Sanando la Tierra, nuestros deseos más profundos le dan sentido a nuestras vidas, nos inspiran o nos dan aliento. Lo que inspira a una persona es el núcleo de su espiritualidad. Los alimentos han sido un aspecto importante de la espiritualidad humana desde tiempos inmemoriales. Este es el tema del que ahora nos ocuparemos.
César Chávez (1927-1993) fue un activista valiente y no violento en favor de los derechos de los trabajadores agrícolas migrantes en Estados Unidos. Con Dolores Huerta fundó la United Farm Workers en 1962. En la década de 1970, la UFW fue reconocida como el agente de negociaciones legales para más de 50.000 trabajadores migrantes del campo en California y Florida. Mira este breve video sobre la vida de César Chávez.9
Da un ejemplo en donde creas que una persona necesitaría valor si estuviera involucrada en algún aspecto para cambiar el sistema alimentario industrial por un sistema alimentario más sostenible para el medio ambiente. Después del coraje, ¿qué otra virtud crees que esa persona necesitaría? ¿Por qué?